“Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.” Salmos 19:14
Los planes de Dios para nuestras vidas siempre nos traerán bendiciones, es por eso que al leer Sus consejos a través de las Escrituras y escuchar de quienes llevan un tiempo en los caminos de Dios nos ayudarán y nos conducirán en este proceso espiritual.
Debemos entender que el crecimiento espiritual, parte por una decisión de querer agradar a Dios y esta buena determinación nos conducirá a tomar muchas otras para nuestro propio bienestar y de aquellos que nos rodean.
El hecho de no conformarnos con lo que hemos alcanzado espiritualmente hasta este momento, nos motiva a ir por más y esa también una grandiosa elección de parte nuestra.
El Apóstol Pedro nos motiva a no detener nuestra marcha, sino a seguir creciendo en el conocimiento y en la gracia que nos es dada en Cristo Jesús.
“Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.” 2 Pedro 3:18
El avance y la comunión con Dios no se dan simplemente por estar en el lugar indicado o en un lugar físico, sino que es una consecuencia de darle a Dios el lugar que le corresponde todos los días.
¡El Señor te tiene en cuenta y sus ojos están sobre ti!
Aunque vivamos en un mundo que pretende dejar a Dios en un segundo plano, lo cierto es que si buscamos Su Presencia cada día, cosecharemos bendiciones en abundancia!
Sin embargo, esta decisión no es para dejarla para más adelante, sino que debemos procurar que esta decisión comience hoy.
En el libro de Éxodo vemos el relato donde el Faraón, en medio de una plaga caótica de ranas, llamó a Moisés para que lo ayudara, y cuando Moises le pregunta a Faraón cuando quería ser libre de tal problema, Faraón eligió sufrir una noche más.
(Éxodo 8:8-10)
Una situación muy difícil de comprender, ¿no? Sin embargo, hoy también tenemos la opción de poder elegir por el cambio en nuestras vidas, o bien, postergar la bendición.
Por lo tanto a la luz de esta enseñanza no permitamos que el dolor siga estando en nosotros, mas bien tomemos un buena decisión y permitamos que el Espíritu Santo obre hoy en nuestras vidas.
Siempre las buenas decisiones pondrán a Dios en el primer lugar.
Así también ocurrió en el caso del joven rico que narra las Escrituras en el evangelio de Lucas, en esta situación, el joven rico quería agradar a Dios pero su problema es que no deseaba amarlo en primer lugar, sino que priorizaba sus riquezas. Para este joven lo material tenía más importancia en su corazón;
(Lucas 18:18-23)
La pregunta que cada uno de nosotros debiesemos hacernos es;
¿Que cosas estamos atesoramos en nuestro corazón que amamos más que a Dios?
Bueno hoy es el tiempo de consagrarnos a Dios con todo nuestro corazón y realmente amarlo a Él en primer lugar.
En el evangelio de Lucas vemos una situación donde los discípulos más cercanos de Jesús se enojaron frente al rechazo de unos pobladores. (Lucas 9:53-56)
El Señor, en lugar de buscar venganza y reclamar respeto, decidió perdonar y recordar que la prioridad para Dios es el amor por las almas. Esto también significa no poner el enojo o el rencor en primer lugar, antes que a Dios.
Si alguien nos cierra la puerta y nos lastima, no detengamos nuestro camino por buscar venganza, más bien sigamos adelante porque;
¡¡¡Muchas otras puertas de mayor bendición son las que se abrirán!!!
Más allá de las presiones y la actitud de la gente en nuestra contra, Dios siempre espera que cuidemos nuestros corazónes. Aunque vivimos en una cultura donde la apariencia es lo predominante para aceptar a una persona, para Dios la prioridad está en nuestro interior.
El Rey Saúl, fue elegido por su gran estatura y su apariencia de gran guerrero y monarca. Todos lo admiraban, no obstante tenía un corazón sumamente envidioso, competitivo e inseguro, es más, frente a la presión, eligió descartar a Dios y oficiar de sacerdote para que el pueblo no se enojara.
Fue así como el Señor, lo descartó a él y eligió a David en su lugar. (1 Samuel 16:12) aunque su propia familia lo había despreciado, el Señor vió en David su buen corazón
(Hechos 13:22)
Esta actitud de parte de Dios nos muestra que Él no se fija en lo externo y en lo que cautiva al mundo, sino que Dios ve la integridad y las intenciones más profundas de nuestros corazones.
Por sobre todas las cosas, David amaba a Dios y a Su Palabra. Él era un adorador constante y muchos de los Salmos forman parte de su autoría.
Él no dependía del favor del pueblo sino que se desesperaba por el amor de Dios. Esta actitud fue lo que lo llevó a ser el Rey más amado de Israel.
Por tanto mis queridos hermanos busquemos hoy agradar en primer lugar a Dios y luego veremos que tendremos mucho más amor para amar a quienes nos rodean.
Si hoy tu y yo estamos dispuesto a tomar esta gran decisión de disponer nuestro corazón para Dios, entonces veremos que Su Espíritu Santo nos ayudara a lograrlo.
David no era perfecto, pero él agradaba a Dios con sus actitudes, así también nosotros podemos alcanzar Su misericordia a través de la fe y la sumisión a Su Palabra. Este es sin duda, el corazón que le agrada a Dios.
Que Dios te cuide y bendiga a ti, a tu familia, Dios sea obrando aún mas en tu persona para hablar del mensaje de Esperanza, hablar de las cosas grandes que el Señor Jesús ha hecho en tu vida, hará que la fe de otros sea aún más grande a la cosas de Dios. Lleva amado hermano el mensaje de Salvación a quien no conoce del Señor.
Maranatha.